Aprender un instrumento no es una concurso. En educación musical, alcanzar estándares de interpretación más altos no se trata de ganar sino de hacer un trabajo de calidad. Estas estrategias me ayudan a calmar el elemento competitivo en mi estudio de música.
Los padres y maestros que realmente entienden, evitan hacer preguntas comparando a los
niños, tales como, “¿En qué libro vas?” o “¿En qué música estás trabajando?” Me interesa más saber en qué aspecto de la interpretación estás trabajando. Esto puede significar postura, tono, movimiento, etcétera. No importa dónde estén nuestros hijos en el repertorio, siempre tengamos presente el objetivo de llevarlos a niveles más altos de rendimiento, independientemente de la música que toquen.
Puedes fomentar esto en tu estudio cada vez que organices un recital. Haga que cada niño elija música de al menos la mitad del libro que ya han tocado. Diga a la audiencia en qué técnica de ejecución especÃfica ha estado trabajando el niño.
Pida a los niños que se concentren en lo bien que pueden tocar su música y no en el nivel de dificultad de la música que van a tocar. Por ejemplo, si un niño ha estado trabajando en un arco relajado, le pido a la audiencia que reconozca y aprecie el arduo trabajo y esfuerzo que este niño ha puesto en ello. La música es el vehÃculo para demostrar lo bien que el niño puede realizar esta habilidad especÃfica.
El elegir tocar música de un libro anterior, nos permite reproducirla de manera más hermosa al agregar más niveles de habilidad, que quizás no hubiéramos podido agregar si fuera una pieza nueva.
En ocasiones informales, como lecciones de música en grupo donde los niños tienen oportunidades individuales de interpretación, les hago tocar una de sus piezas anteriores. Cuando los aplausos han cesado, animo a los otros niños a mencionar un buen aspecto que hayan notado sobre su rendimiento. Ellos se vuelven muy buenos para notar mejoras en la postura y la técnica. Es encantador ver al intérprete sentirse muy bien con cada cumplido sincero.
A veces, hago que cada padre en la lección de música grupal o en el concierto escriba 3 cosas buenas que notaron sobre la interpretación de cada niño que ejecutó. Luego compilo los comentarios en certificados de afirmación para cada niño. Los presentamos en lecciones privadas con las palabras,
“¡Eres un gran trabajador!” Estoy fascinado con los esfuerzos adicionales que el niño hace en el resto de la lección.
—– Sue Hunt —–